Un coche fúnebre recorre las calles de Medellín mientras un joven director cuenta su pasado en esa ciudad violenta y conservadora. Este recuerda la preproducción de su primera película, una cinta de serie B con fantasmas. La escena juvenil marginal de Medellín es elegida como el elenco de la película, pero el protagonista principal muere de una sobredosis de heroína a los 21 años, al igual que muchos amigos del director. Este documental explora los sueños, las dudas y los miedos de una generación aniquilada, y la lucha por continuar haciendo cine.
En el corazón del Bairro Alto, en pleno centro de Lisboa, el edificio de una antigua imprenta es demolido para dar paso a la construcción de un complejo de viviendas de lujo. Considerando esta demolición como la imagen perfecta para retratar la muerte de cierta Lisboa tras la crisis financiera y el consiguiente boom inmobiliario y turístico, el director propone filmar un diario urbano que retrata la vida cotidiana de la obra y de quienes trabajan en ella.
En el calor de un día de verano, Draginja descubre un cadáver que se parece a ella. En el calor de un día de verano, Draginja contrata a un falso marido para presumir delante de sus amigas. En el frío de una noche de invierno, Draginja vaga por las calles con la esperanza de recuperar su memoria perdida. Mediante tres diferentes posibilidades de vida, una mujer de mediana edad intenta salir de su piel.
Silenciada por el régimen cada vez más autocrático de la Federación de la Depresión, Marusya, de 16 años, decide ser una cifra más de las estadísticas de suicidio de su generación para finales de año. Pero todo cambia cuando conoce a Kimi. Entonces comienza una historia de amor entre dos millennials atrapados en las corrientes subterráneas de un gobierno opresivo. Juntos filman la euforia, la ansiedad y la miseria de su juventud, quemando las naves, alimentados por las drogas y la música.
Haleh es una madre sobreprotectora que mima con facilidad a su hijo de cuatro años, Ilya. Cuando un día el niño deja de hablar, Haleh y su marido Amir empiezan a buscar el motivo y el remedio para este repentino mutismo. Pero cuanto más intentan hablar con el niño o consultar a expertos, peor se ponen las cosas en la pareja y la familia.
Para Sarya (17 años), una joven kurda refugiada en Japón, la vida parece ir viento en popa: sus notas en la escuela son suficientemente buenas como para pensar en la universidad, está rodeada de buenos amigos y su relación con Sota se está convirtiendo en una especial. Sin embargo, su vida da un vuelco cuando se entera de que el estatus de refugiada que tenía su familia ha sido rechazado, lo que restringe sus posibilidades de trabajar y viajar por la ciudad. Sin embargo, su padre continuaba trabajando para ganarse la vida, por lo que es detenido por “empleo ilegal”. De repente, Sarya se ve obligada a afrontar una situación en la que será responsable no solo de sus hermanos menores, sino de su propia existencia.
Esta pieza es un collage de imágenes, repeticiones y memorias, construido a través de la intervención de los archivos de telediarios emitidos en Colombia en los años 80. Esta es también una reconstrucción relacionada con una generación —mi generación— que creció rodeada de esas imágenes hasta que se hicieron normales, carentes de sentido.
Durante la revolución de 2014 en Ucrania, “Roma”, un niño de la calle de trece años, recorre las líneas del frente de Kiev lanzando piedras y cócteles molotov. Rápidamente se convierte en una cara conocida y en la mascota de la revolución. Pero tras el uniforme de camuflaje, las gafas de sol y esa aparente intrepidez se esconde un huérfano solitario que, cinco años después, cumple dieciocho años y, de repente, vuelve a las calles sin nada más en el bolsillo que un mechero y una navaja.
Aislada en la selva amazónica vive una comunidad de niños que convive en profunda intimidad con la naturaleza que les rodea. Entre las aguas del río Pastaza y las copas de los árboles, estos niños llevan su vida cotidiana de forma casi autónoma y con un fuerte sentido de la colaboración.