EL CINE DE UN NORTEAMERICANO TRANQUILO
En 1953, un joven cineasta norteamericano llamado Richard Lester (Filadelfia,1932), decide instalarse en Inglaterra, donde emprenderá una larga y fructifera carrera internacional. En 1960, este inglés, absolutamente desconocido en nuestro país, vino a Bilbao con un cortometraje titulado The Running Jumping & Standing Still Film y el Jurado Internacional del Festival le concedió el Mikeldi de Plata al mejor Cortometraje «por su riqueza de invención y sano humorismo». En esta curiosa obra de 11 minutos un hombre con sombrero observa la campiña inglesa con un teleobjetivo y aparecen unos estrambóticos personajes. Como señala José Julián Bakedano en Imágenes de un largo viaje. Cincuenta años de cine en ZINEBI, el libro que el Festival ha dedicado a presentar una antología crítica de su palmarés en su cincuentenario, «Richard Lester recupera el slapstick […] con una eficacia en el clima que recuerda al cine cómico mudo. Heredero tanto del nonsense americano como del inglés, (esta película) es una buena introducción a la obra de Lester».
Efectivamente, The Running Jumping… señala el comienzo del despliegue por parte de este realizador de un talento que a lo largo de los años sesenta del pasado siglo fue cobrando la forma de una auténtica identidad artística, ya que en similares registros de un fuerte carácter surrealista y una comicidad enloquecida rodó tres de sus obras de mayor alcance critico y éxito internacional: The Knack.….And How To Get It (1965) y las dos que hizo con The Beatles, por las que muchos críticos y aficionados le consideran el padre del videoclip o video musical: A Hard Day’s Night (1964) y Help! (1965). Estas tres películas ponen en evidencia un propósito de ruptura temática y formal muy alejado del free cinema, el otro gran paradigma por el que el cine británico del momento supo alzarse, junto con la Nouvelle Vague francesa, como la punta de lanza del cine moderno europeo. Richard Lester cierra esta década prodigiosa con una pelicula muy diferente, que en mi opinión constituye su obra maestra, Petulia (1968), una áspera y desasosegante reflexión, en clave de comedia, sobre las relaciones de pareja y las relaciones sociales en la clase media-alta norteamericana. En 1970, diez años después de su primera visita, vuelve a nuestra ciudad como Presidente del Jurado Internacional. Desde entonces podemos decir que Richard Lester es un viejo amigo de la Villa.
En los años setenta, este inglés que vino a Bilbao consolida su carrera como un cineasta de largo recorrido al frente de grandes producciones internacionales con lujosos repartos, en títulos como The Three Musketeers (1973), The Four Musketeers (1974) y Robin and Marian (1976), otra de sus grandes peliculas, una bella y melancólica fábula, con Robin Hood como pretexto, acerca del paso del tiempo, los ideales perdidos y la muerte presentida por el héroe en sus dias crepusculares. Los ochenta confirman a Ricard Lester como un realizador de gran éxito y rentabilidad en producciones como Superman I (1980), Superman IIIl (1983) y The Return of the Musketeers (1989). Una carrera tan larga y variada como la suya sólo es posible como el resultado de una mezcla de curiosidad, de talento, de coraje y sobre todo de tranquilidad, una virtud esta última que Richard Lester ha debido de poseer en grandes cantidades si tenemos en cuenta que ha sabido transitar, sin dificultad aparente, desde la autoría de los años airados al trabajo industrial de un cineasta con el más alto conocimiento de su oficio, con la clara conciencia de que las imágenes que ha logrado crear a lo largo de los casi cincuenta años transcurridos desde su primera visita a Bilbao forman parte de la vida como espectadores de millones de aficionados al cine de todas partes.
En ZINEBI sabemos que la tranquilidad es una virtud dificil de alcanzar. Por eso, y también por ser uno de los primeros galardonados de nuestro Festival, Richard Lester se merece el Mikeldi de Honor de esta edición tan especial.
Luis Eguiraun
Programador