LAS IMÁGENES DE MIL PALABRAS EL CINE DE MÁRTA MÉSZÁROS
Perteneciente a la generación de cineastas que como Mai Zetterling, Liliana Cavani y Agnès Varda —entre otras— irrumpieron a mitad del siglo XX en el terreno de la realización cinema- tográfica, Márta Mészáros construye su hacer fílmico compartiendo con todas ellas una radical pasión por la imagen con sentido, y unas narrativas capaces de acoger el pulso cotidiano de los afectos en el que la vida mayúscula se hace presente.
Revisar hoy su obra deslumbra por la certera construcción y articulación que en sus narrativas juegan el tiempo y espacio de la composición. La precisión de sus magníficos encuadres, el brillantísimo uso de planos secuencia soportados mediante travellings que acompañan a los personajes o los presentan, o su uso circular alrededor de una conversación rehuyendo el manido plano/contraplano; o los primeros planos de los personajes en escenas de intimidad respetuosa… Una cámara hostil al espectáculo y ávida de expresividad.
Y con estos mimbres, enfrenta cuestiones como la sexualidad, el trabajo asalariado, el espacio doméstico, la maternidad, las relaciones intergeneracionales para nada canónigas, la visuali- zación de las complicidades y la empatía entre personajes fuera del sistema, como forma de radical resistencia para vivir la vida libre y deseada; a todo ello le da su tiempo Mészáros.
Aparecen las trabajadoras en las fábricas, en las cocinas, en los huertos, en las oficinas, en las instituciones. El tiempo de la vida cotidiana de sus personajes acompañan y forman parte orgánica de sus historias. Sus protagonistas, casi exclusivamente femeninos, están ahí también para pasarle cuentas a la historia oficial, en este caso a la de Hungría, discutiendo su prepo- tencia y dogmatismo desde el espacio de lo personal, que es también lo político. Mujeres que enfrentan un presente lleno de prejuicios en las sucesivas décadas en las que se desarrolla su filmografía, y que ellas encaran radicalmente con decisiones a contracorriente sin que sean necesarias proclamas ni discursos. A los hechos se remite, en un delicado, indiscutible y prag- mático feminismo fílmico.
Sus filmes han sido valorados y premiados por diversos festivales internacionales y rescatados puntualmente, cuando la desmemoria se imponía, por aquellos que han mimado las filmogra- fías de las cineastas como el Festival de Films de Femmes de Créteil. Ahora, ZINEBI acoge su obra y trayectoria con un homenaje imprescindible a la que ha sido y es una maestra del cine. Gracias.
Marta Selva Masoliver.
Mostra Internacional de Films de Dones de Barcelona